A 48 horas del cacerolazo, nada ha cambiado en el curso de la democracia argentina. ¿Debería esto ser noticia? Desde ya que no. La protesta, masiva aunque no tanto como lo hubieran deseado y ahora relatan las usinas mediáticas de la oposición, tuvo su clímax y su acostumbrado nivel de violencia verbal y física hacia el periodismo oficial o sospechoso de serlo. Y ya.
Las figuritas de la paupérrima oposición política argentina, se pasearon entre los protestones, se sacaron fotos y sonrieron extasiados ante las ávidas cámaras de TN y canal 13, cadena nacional del cacerolazo y spónsors oficiales de la marcha. Y ya.
Hoy las cosas siguen su curso natural. El amontonamiento de indignados en las calles céntricas de Buenos Aires y en algunas capitales de provincias, con un claro sesgo de clase, no produjo NINGÚN hecho político más que el propio hecho de movilizarse y golpear cacerolas...
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EL DÍA DESPUÉS DE MAÑANA
en el blog Pensando la Argentina
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